En 1930, el artista David Alfaro Siqueiros fue encarcelado en el Palacio de Lecumberri. Durante su estancia, Siqueiros utilizó los materiales que tenía a la mano para hacer grabados: tablas de cajas de madera y una navaja de bolsillo. Su pareja, Blanca Luz, vendía estas obras para conseguir recursos.

Esta anécdota da nombre al actual Taller de Grabado Siqueiros, ubicado en la Penitenciaría Central de Santa María Ixcotel, Oaxaca. Poco después de que se formara el taller, en octubre de 2017, los integrantes decidieron crear un juego de lotería con sus grabados. No usaron los nombres ni las imágenes tradicionales, sino que registraron el lenguaje, los personajes y la iconografía canera, un sinónimo de penitenciario en la jerga de los presos.

Con el apoyo de la Subsecretaría de Prevención y Reinserción Social del Estado, así como de la dirección del centro penitenciario, la asociación Amigos del IAGO y del CFMAB, y el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), se han editado dos versiones de esta lotería. Una versión, impresa en máquina risográfica, está a la venta con el fin de recaudar fondos para la compra de materiales (placas, tintas, gubias) del taller. La segunda es una versión económica, impresa en offset, que se distribuye en los centros penitenciarios del estado.

—Daniel Brena